lunes, 26 de noviembre de 2012

Ice Moon!


ICE MOON, helado lunar de Doshi Levien


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Las Lunas de Helado de los diseñadores Nipa Doshi y Jonathan Levien llegarán estas Navidades por iniciativa de Häagen-Dazs. Se trata de un proyecto que contiene, según sus diseñadores, elementos fantásticos, de aventura y mucha imaginación.


Ice Moon-


En una sociedad en la que comer ya no es simplemente una necesidad biológica, la unión entre la comida y el diseño produce gran interés en un número cada vez mayor de personas.

Esta vez ha sido la marca Häagen-Dazs la que ha intentado preparar el lanzamiento de unos helados un tanto particulares para estas Navidades, sumándose así al creciente interés de muchos diseñadores industriales por el food design.


Ice Moon-


Tras haber recibido la invitación por parte de la internacional empresa estadounidense, los diseñadores Nipa Doshi y Jonhatan Levien han decidido aceptar el desafío.

"La idea de trabajar moldeando helado fue irresistible", afirman los diseñadores. "Pensamos que el lugar de encuentro entre la tecnología material y la comida era extremadamente interesante así que aceptamos la propuesta de diseñar los helados que nos hizo Häagen-Dazs."


Ice Moon-


El resultado de este trabajo se concreta en la producción de unas bolas de helado con apariencia de luna, en textura, forma y aspecto.

Estas pequeñas lunas gastronómicas llegarán en dos colores y sabores. 
Una luna de color blanquecino («The full Ice Moon») con nueces de macadamia y sorbete de frambuesa entre otros ingredientes y una luna naranja («The Harvest Ice Moon») cuyos ingredientes principales serán el caramelo y la vainilla.

Ice Moon-

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¿Qué os parece? 
¿Lo probaréis estas navidades? ;)




miércoles, 7 de noviembre de 2012

Antonio López, el maestro de la pincelada



Antonio López es un pintor y escultor español.

Nació en Ciudad Real, meses antes del inicio de la Guerra Civil. 
Es el mayor de cuatro hermanos, sus padres eran labradores acomodados del importante núcleo manchego que era Tomelloso; su casa estaba situada en la Calle Domecq. Su temprana vocación por el dibujo, así como la influencia de su tío, el pintor Antonio López Torres, conformaron su decisión de dedicarse a la pintura. En 1949 se trasladó a Madrid para preparar su ingreso en la Academia de Bellas Artes de San Fernando, coincidiendo allí con diversos artistas, con los que conformó lo que se ha venido a llamar Escuela madrileña. Permaneció en la academia entre 1950 y 1955.

En 1955, y gracias a una beca, viajó a Italia, donde conoció de primera mano la pintura italiana del Renacimiento. Sufrió así una pequeña decepción al contemplar en vivo las obras maestras que sólo conocía por reproducciones, y que hasta ese momento veneraba. Comenzó a revalorizar la pintura clásica española, que tan bien conocía, gracias a las frecuentes visitas al Museo del Prado, especialmente Velázquez.

Tras terminar los estudios realizó sus primeras exposiciones individuales (1957, 1961) en Madrid, mientras trabajaba tanto en esta ciudad como en la localidad que le vio nacer.

En 1961 se casó con la también pintora María Moreno, del que nacerían dos hijas: María en 1962 y Carmen en 1965. Desde este último año y hasta 1969 fue profesor encargado de la Cátedra de preparatorio de colorido en la Escuela de Bellas Artes de San Fernando.

En 1985 se le concedió el Premio Príncipe de Asturias de las Artes.

En 1990 el director de cine Víctor Erice filmó El sol del membrillo en el que se recoge el proceso creativo del artista mientras pinta un membrillero del patio de su casa.


En enero de 1993 fue nombrado miembro de número de la madrileña Real Academia de San Fernando. En ese mismo año, el Museo Reina Sofía le dedicó una exposición antológica.

En 2006 recibió el Premio Velázquez de Artes Plásticas.

En 2008, el Museo de Bellas Artes de Boston le hizo una exposición monográfica. También, su obra Madrid desde Torres Blancas, alcanzó en subasta de Christie's de Londres los 1918000 €, la mayor cantidad pagada hasta ese momento por una obra de un artista español vivo.

En 2011, el Museo Thyssen-Bornemisza le dedica una exposición temporal, con obras de todas sus etapas pero mayoritariamente de su última producción y el Museo de Bellas Artes de Bilbao, otra a continuación.

Además, ha sido galardonado con el Premio Príncipe de Viana de la Cultura 2012, concedido por el Gobierno de Navarra para reconocer la trayectoria de personas o entidades relevantes en el mundo de la cultura.



''Una obra nunca se acaba, sino que se llega al límite de las propias posibilidades.''
Antonio López

Con estas palabras Antonio López resume su particular modo de acercamiento al objeto a pintar.
Sus cuadros se desarrollan a lo largo de varios años, décadas en ocasiones, con una plasmación lenta, meditada, destilando con cada pincelada la esencia del objeto o paisaje, hasta que el artista consigue plasmar la esencia del mismo en el lienzo.

El pintor busca entre la realidad que le rodea aquellos aspectos cotidianos, que él recoge con un tratamiento pleno de detallismo, rozando lo fotográfico. Sus preferencias van desde las vistas de Madrid hasta los retratos de sus familiares, pasando por los objetos más cotidianos y cercanos.

A lo largo de la mayor parte de su carrera artística, Antonio López ha desarrollado una obra independiente, en medio de un panorama artístico estructurado en base al informalismo y la abstracción. Tampoco parece tarea fácil vincular la obra de López con las tendencias realistas europeas más recientes, o con el hiperrealismo americano.

Lavabo y espejo, 1967



Ropa en remojo



Madrid visto desde Peñas Blancas, 1976-1982

Gran Vía, 1974-1981



Esculturas Día y Noche, de Antonio López, en la Estación Atocha de Madrid.

En Día y Noche Antonio López retrata la cabeza de una de sus nietas de unos meses: en Día la niña dirige a los espectadores una mirada atenta y despierta, mientras que en Noche, la niña con los ojos cerrados duerme plácidamente. La temática de las obras resulta muy simbólica y expresiva. Ambas esculturas están trabajadas en unidad, como López explica: juntas, del mismo tamaño de la misma niña, y de la misma edad, me sugerían el paso del tiempo, el Día y la Noche


En un principio, se pensaba en una pieza grande, aunque las medidas de origen eran más pequeñas que las actuales. Se ideó hacerlas en 2 metros, un tamaño que pretendía acercar a la escala humana la obra; pero finalmente tras un proceso lento de elección del tamaño, López decide una proporción totalmente monumental de 3 metros, que supera la escala del viajero que contemple las piezas.


En cuanto a la ubicación, al comienzo se barajó el invernadero de la Estación de Atocha, pero Antonio López prefirió la zona de la llegada del AVE, ya que consideraba que este espacio, iba a servir de contraste perfecto con las Cabezas; un lugar que se supone inhóspito y frío sorprende con el contraste de la presencia de las obras.

Día y Noche se convierte en la primera obra escultórica de carácter monumental de Antonio López instalada en un espacio público.










Los datos técnicos correspondientes de las obras son:
Día y Noche
2004-2008
bronce
320 x 320 x 320 cm.
300 x 300 x 300 cm.





Os dejo aquí una pequeñííísima muestra de todas sus obras